El laberinto de las emociones

 Hola a todos!

Llevo bastante tiempo sentada enfrente del ordenador pensando en la manera que quiero transmitir mi percepción de eso que nos hace movernos sin saber por qué, sin encontrarle una razón lógica; eso que nos impulsa a dar un paso adelante al mismo tiempo que se presenta como obstáculo en muchas decisiones; o, simplemente, eso que hace que un día te levantes con ganas de comerte el mundo y otros en los que parece que el mundo te va a comer a tí. ¿Sabéis ya de que hablo?. Pues sí, las EMOCIONES.

Según Google, las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, una persona, un lugar, un suceso o un recuerdo importante. Es aquello que sentimos cuando percibimos algo o a alguien. Son universales y comunes a todas las culturas.




Fuente: Pixabay

Como bien dice Marian Rojas-Estapé, psiquiatra y escritora, existe una obsesión por ser felices: "haz esto y conseguirás felicidad momentánea". Esto no es del todo malo, pero nos autodestruye, pues el problema surge cuando las sensaciones sustituyen el sentido de la vida.
La felicidad depende del sentido que le demos nosotros a la vida, es decir, tenemos el privilegio de permitir que alguien o algo genere un tipo de emoción u otra en nosotros por lo que gran parte de las emociones dependen de la importancia o el enfoque que le demos.


Lo cierto es que juegan un papel importante, pues nos acompañan en todo momento.
La visión convencional de las emociones como buenas y malas es inapropiada. Nuestra cultura valora en exceso las emociones positivas, por lo que si sienten emociones negativas haces hasta lo imposible por huir de ellas (soledad, aburrimiento, amargura...). ¿Qué ocurre con esto? Pues que no te das a ti mismo la oportunidad de experimentar esa otra parte y nadie te explica que ignorar las emociones negativas hace que se hagan más fuertes. Debemos recordar que la belleza de la vida también se encuentra en sus vacíos, sus sinsentidos y, cómo no, en sus fragilidades.

Por ejemplo, si habéis sufrido la muerte de algún familiar o cualquier persona cercana, seguro que alguien os habrá dicho que no lloréis. Probablemente con la mejor de las intenciones pero inconscientemente estamos coartando una emoción, un derecho a sentirnos mal, a pasar un duelo. Sin embargo, cuando lloramos de alegría por la sorpresa de un familiar o por una buena noticia nadie nos impide reaccionar de esa manera, más bien al revés.

No pienses que tus emociones están equivocadas o, como mínimo, no las juzgues antes de tiempo. Las emociones negativas te avisan de que algo que estás haciendo no te satisface o no funciona para tí. Puede ser por un problema de enfoque, de actitud, de satisfacción personal o porque estás percibiendo las cosas de un modo equivocado. De cualquier manera es necesario saber que hasta que no le prestes la atención suficiente (hasta que no resuelvas esa necesidad) no te abandonará ese sentimiento, por lo que es primordial aceptar y encontrar el sentido que tiene para tí o el por qué de su surgimiento. 

Me gustaría destacar que el hecho de tener emociones y permitirte a tí mismo experimentarlas, no significa que debes dejar que se manifiesten en tu vida sin ningún tipo de control. La intensidad con la que experimentamos las emociones son fruto de nuestro cerebro. Por lo tanto, si una emoción te está superando, lo mejor es buscar un respiro, distraerse, descansar... enfriarse emocionalmente. Es decir, no contengas tus emociones porque en algún momento estallarán, pero tampoco las dejes sueltas porque desbordarán tu vida.

Para ello (haciendo alusión a la clase de Personalidad y diferencias individuales que he tenido hoy) debemos hablar de la regulación emocional, es decir, la capacidad para expresar adecuadamente las emociones mediante estrategias emocionales, cognitivas o conductuales.

Algunas de las estrategias más utilizadas para dicho control son:
  • Relajación y distracción.
  • Plan de solución de problemas: definir el problema generando múltiples soluciones y analizando pros y contra.
  • Entretenimiento en comunicación asertiva.

Algo fundamental en todo lo que he comentado anteriormente es comprender las emociones. Pero ya no me refiero sólo a uno mismo, saber lo que estás sintiendo y cómo controlarlo, sino también a la relación interpersonal. Seguro que alguna vez habéis escuchado llorar a alguien desconsoladamente y no habéis tenido palabras o no habéis sabido reaccionar ante esa situación. Probablemente os habréis sentido impotente por no ser capaces de ayudar a esa persona. Justo ahí es donde entra la comprensión emocional.

El hecho de escuchar a la otra persona y no minimizar sus emociones ayuda a poder soltar libremente lo que lleva dentro, así como identificar cuál es el sentimiento que le conduce a pensar o actuar de determinada manera. Por ello, es imprescindible saber escuchar independientemente de que sean emociones positivas o negativas.

Y como estoy haciendo mucho hincapié en las emociones negativas para romper esos prejuicios y, como considero que tienen la misma importancia que las emociones positivas, voy a centrarme ahora en éstas últimas.

Amor, alegría, satisfacción, sorpresa, aceptación, bienestar, confianza, esperanza... son algunas de las emociones que no nos cansamos de sentir. De hecho, nos gustaría sentirlas todo el tiempo pero rara vez las hemos experimentado en su totalidad.

Hoy en una de las asignaturas de la carrera hemos representado distintas emociones. Uno de los medios que hemos utilizado ha sido expresar lo que nos hacen sentir distintos cuadros para hablar de la percepción emocional (cada una tiene una visión distinta). Uno de esos cuadros ha sido el de Frida Kahlo. Para no explayarme mucho con el ejemplo, la parte de arriba estaba repleta de colores mientras que la parte de abajo estaba totalmente apagada. Un juego de colores y estrategias visuales que conducen a una contradicción. 

Y ahora me pregunto, ¿es que acaso las emociones no son contradictorias?,¿acaso no sentimos varias emociones a la vez?.


Fuente: Creada por mí con Canva.

Por supuesto que si. Nos empeñamos en tener un sólo sentimiento porque sino nos descontrolados, nos angustiamos. Es decir, no puedo sentir felicidad y tristeza, alegría y dolor, firmeza e inseguridad... porque creemos que es algo incoherente, no nos gusta sentir que no podemos controlar lo que ocurre en nuestro interior. Pero, en realidad, la mayor parte del tiempo no predomina una misma y única emoción, sino que somos el conjunto de todas de ellas.

Dicho esto, lo que quiero que se grabe en vuestra mente si me leéis es que todas las emociones son válidas: "buenas", "malas", propias y ajenas. Que no podemos evitar sentirlas pero si regularlas para que no se conviertan en un peligro para nuestra salud. Pero, sobre todo, que lo más importante en el mundo es VIVIR, y si ello conlleva a experimentar situaciones agradables y otras menos agradables, nos arriesgaremos, pues con la ayuda de las estrategias emocionales, todo se hará mucho más ameno.

Un saludo blogueros!.

BIBLIOGRAFÍA:

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