Esta semana toca ser…comentarista 1.0

Hola a todos!

Esta semana toca estrenar un nuevo rol, “comentarista”. Consiste en leer algunas entradas de 5 de mis compañeros de clase y dejarles un comentario acerca de mi opinión sobre una de sus publicaciones.

1. Comenzamos por Garazi Almenara Gumiel: He elegido su columna semanal “Pilares” donde habla de la aceptación social, es decir, de la importancia que le damos a la opinión pública , aunque sea de forma inconsciente. Comenta cómo en ocasiones cambiamos nuestra forma de pensar, nuestras decisiones o nuestros gustos porque la persona a la que hemos pedido opinión no piensa lo mismo que nosotros , por lo que entramos en una duda constante que nos hace perder la firmeza sobre nosotros mismos. Finalmente destaca el “sello” que tenemos cada persona, esa esencia que hace de nuestra sociedad un lugar para la diversidad y la Libertad.

Tras esta publicación, yo le he hecho el siguiente comentario: 

“Hola compañera!

“Diversidad y Libertad, dos pilares esenciales en nuestra vida”. Sin duda, me quedo con esta frase. Todos somos iguales pero a la vez distintos. Ese sello del que hablas, el que hace que cada persona brille en algún aspecto, es el que necesita de la libertad. Muchas veces ocultamos nuestro “sello” porque socialmente no queda bien alardear de aquello que se te da bien. Sin embargo, si cada uno de nosotros aportásemos nuestro sello y no destacásemos solamente las cosas negativas o no nos centrásemos en aquello que van a pensar de nosotros, todos seríamos un poquito más felices y más perfectos.

Me ha gustado mucho como priorizas la aceptación personal, buscar la perfección para nuestros propios ojos y no para la sociedad.

Que nadie te corte las alas Garazi, un saludo!.”

2. Seguimos con Marta Gragera Macarro: He elegido su columna semanal “Aprender a soltar y dejar ir” donde habla de las relaciones tóxicas , las 3 etapas que la caracterizan (luna de miel, tensión y agresión) y del enganche que generan. Comenta lo difícil qué es asumir que te encuentras en una relación tóxica y, sobre todo, decir adiós a aquella persona que quieres pero que te está haciendo daño. Explica la importancia de tener personas alrededor que te quieran y te acompañen en ese proceso. Finalmente nos pregunta si creemos que las relaciones tóxicas pueden salvarse, a lo que yo he respondido lo siguiente:

“Hola compañera!

¿En qué momento se pasa de una luna de miel a una explosión o agresión? Que triste que tenga que existir el término “tóxico”, sin embargo, es muy necesario. Cuando llegas a olvidarte de ti mism@ por el simple hecho de complacer a la otra persona, queda reflejada la falta de autoestima o el poco valor que consideras que tienes o mereces. Pero personalmente creo que si en algún momento se llega a esta situación es porque ha habido mucho amor, pero mal expresado/gestionado. Por lo tanto, considero que el amor todo lo puede , si hay ganas de luchar por la persona que tienes enfrente, creo que es motivo suficiente para poder rescatar la relación tóxica y convertirla en un bonito y sano amor. Eso si, tienes que tener la capacidad de borrar todo lo sufrido anteriormente porque sino no irá a ningún lado.

Me gusta mucho el tema que has elegido y como lo has expresado, sigue así. 

Un saludo compañera!”.

3. Seguimos con Diana Perea Zurejos: He elegido su columna semanal “Vuelo 370” donde habla de un avión que desapareció en 2014 y, a día de hoy, siguen sin tener ningún tipo de información acerca de su destino, ni de la vida de las personas que se encontraban dentro de él. Comenta la desesperación de los familiares y resume la polémica que esta situación ha generado. 

Tras esta publicación, yo le he hecho el siguiente comentario: 

“Hola compañera!.

Esta historia me ha impactado bastante. Confieso que me gustan mucho los misterios y las historias paranormales, pero al mismo tiempo se me encoge el pecho cuando hay finales trágicos o no hay soluciones. Me pongo en la piel de esos familiares, amigos, parejas… que llevan tantos años sin saber cuál fue el destino de ese viaje y se me pone la piel de gallina. Pero lo que no puedo entender es que nadie haga nada por intentar resolver el caso, encontrar respuesta o, como mínimo, intentar buscarlas. Ojalá y en algún momento salga toda la verdad. Sin duda me informaré del caso y espero que sigas subiendo alguna que otra historia de este estilo, porque además de curiosear nos ayuda a entender la falta de educación social en el mundo.

Un saludo compañera!”.

4. Seguimos con Lydia Rodríguez : He elegido la columna semanal “Estivill”. Es un método que consiste en desatender el llanto de los niños para que aprendan a dormir solos. La compañera comenta que respeta la decisión y la crianza de cada padre pero no considera que sea el mejor método para utilizar . Añade que lo único que provoca es que se duerman pasándolo mal y sufriendo, pero en silencio, porque aprenden que no sirve de nada quejarse y puede traerles problemas de sueño en un futuro .

Tras esta publicación, yo he realizado el siguiente comentario: 

“Hola compañera!

Había escuchado este método pero nunca lo había entendido tan bien hasta que he leído tu publicación, así que te doy las gracias por expresarlo de esta forma. Creo que tienes toda la razón, es un método que no ayuda en absoluto al aprendizaje y desarrollo del niño. A veces nos empeñamos en prepararles para el futuro, para la cruda realidad, a edades muy tempranas. 

Los padres son las principales figuras de apego de los niños. El hecho de que ellos sientan cuando son tan pequeñitos de que deben esperar bastante tiempo a cubrir sus necesidades, es decir, que sus figuras de apego no están en el momento en que los necesita, va a influir en su desarrollo de forma negativa (va a sentir que no puede contar con ellos).

De hecho, desatender el llanto por un tiempo prolongado produce cortisol (hormona del estrés), en cantidades tóxicas para el cerebro. 

Además, el llanto es la forma que tienen de comunicar sus necesidades. Sin embargo, de esta manera lo único que consiguen es que aprenda que comunicar sus necesidades no sirve de nada, no es importante.

Así que estoy de acuerdo contigo, seguramente todas las madres han recibido este consejo en algún momento de su vida, pero no creo que sea, ni de lejos, el más eficiente.

Muy buen expresado y un tema muy interesante, sigue así. 

Un saludo compañera!”.

5. Terminamos con Manuel Ángel Calvo Luque : He elegido su columna semanal “Las redes nos hacen daño!!” dónde habla de la influencia que tienes éstas en el trastorno de conducta alimentaria. Comenta cómo las personas que lo sufren se dejan llevar por lo que ven (cánones de belleza ficticios, dietas alimentarias que ponen en riesgo la salud…) por el simple hecho de llegar a parecerse a lo que ellas consideran el cuerpo ideal, sin saber la realidad que hay detrás de cámaras. De esta manera, llegan a tanta obsesión que ponen en riesgo su salud sin ser conscientes de ello.

Tras esta publicación, he realizado el siguiente comentario: 

“Hola compañero!

Me parece súper interesante el enfoque que le has dado a este tema.

Las redes sociales en la actualidad son fundamentales, es algo que no podemos negarlo. Sin embargo, la salud mental es mucho más importante, pero todo el mundo tiene redes sociales y poco conocimiento sobre salud mental.

El problema surge cuando no saben distinguir entre lo que los demás publican a lo que verdaderamente son. Quiero decir, los influencers en este caso, utilizan las redes para ganar dinero, para trabajar. De ese dinero depende su imagen, por lo que tienen que mostrar una calidad y un estilo de vida maravilloso, seguramente lo más lejano posible de lo que viven detrás de cámaras. Pero por suerte o por desgracia para eso están las redes, para mostrar lo que nos interesa, sea algo bueno o algo malo, depende de lo que queramos trasmitir. 

Si bien es cierto que las personas que cuentan con un número considerable de seguidores tienen que tener mucho cuidado con lo que opinan, muestran o trasmiten. 

Me parece una buena elección y un tema bastante interesante.

Un saludo!”.

Hasta aquí el rol de esta semana, un saludo blogueros!.