¿Quién sacudió el jarro?.
Hola a todos!
Hoy voy a hablar de un tema un poco controversial pero, para ello, me gustaría recordar una situación bastante polémica:
-Jada Pinker Smith (esposa de Will Smith) sufre un trastorno autoinmune que provoca su pérdida del cabello. En la gala de los Oscar , Chris Rock, un humorista, realiza un chiste pésimo sobre Jada haciendo alusión a su cabello. Como era de esperar, la cara de Jada cambió por completo al escucharlo y su marido, Will Smith, reaccionó inmediatamente subiendo al escenario y propinándole un guantazo quedando a todos los espectadores alucinados.
A partir de este momento, el evento tomó medidas drástica hacia Will Smith y el pidió disculpas públicamente haciendo referencia a las locuras que se hacen por amor. Por su parte Jada comentó que no hacía falta que la defendiese, que ella se defiende muy bien solita.
Tras estos comentarios las redes sociales ardieron. Por un lado, a favor de Will , pues dicen que no existe en esta ocasión esa masculinidad tóxica, pues más tóxico y machirulo es reírse de una mujer enferma que pierde el pelo por un trastorno autoinmune. Sin embargo, por otro lado, lo consideran un acto machista, de sobreprotección innecesaria y violenta. Lo cierto, es que si todos los comentarios coinciden en algo, es que esa reacción debería de haber sido por parte de Jada Pinker Smith.
Una vez comentada esta desagradable situación, me gustaría hablar de la IGUALDAD (de derechos, política, económica, social, etc...) que se debería de dar entre hombres y mujeres pero que, desgraciadamente, seguimos sin obtenerla en nuestra sociedad.
Lo que genera la igualdad es la educación. El problema está que desde que nacemos recibimos un rol en función de nuestro sexo que va a determinar nuestro comportamiento, gustos, elecciones, preferencias, etc... esto es muy perjudicial porque nos limita.
Os voy a dejar un vídeo de Marina Subirats, una socióloga de la Universidad Autónoma de Barcelona que habla sobre cómo educar en la igualdad de género.
Me ha impactado la historia que ha contado de lo que pasa en Burkina Faso. Las mujeres que trabajaban en el campo con sus hijos a cuesta, decían que si los niños lloraban les atendían rápidamente porque los niños tiene el corazón impaciente y no les puedes hacer esperar, en cambio, una niña tiene que aprender que nunca tendrá lo que quiere, que nunca tendrá satisfacción en la vida, por ello dejaban que llorase y no les atendían rápidamente.
Esto demuestra la importancia de la familia y la educación que otorguen a sus hijos, pues ahí comienza la desigualdad. Me gustaría enlazar esto con un trabajo que tuvimos en el primer semestre que consistía en analizar los catálogos de juguetes de navidad para ser conscientes de cómo realizan una división entre niños y niñas. A los niños siempre se les ha asignado el papel de protectores, héroes, así como todo lo relacionado con las carreras científicas, por ello en los catálogos encontraras las páginas relacionadas con todo esto de color azul. Mientras que a las niñas se les educa en el cuidado, la crianza de los hermanos y los futuros hijos, la belleza, la debilidad y feminidad, y estas páginas tendrán un fondo de color rosa.
De la misma manera escuchamos diariamente decir: "los hombres no lloran" o "para evitar que la mujer descarrile, debe estar en casa y muy ocupada". Son etiquetas que limitan, un hombre no pierde su masculinidad por llorar y una mujer puede salir y eso no significa que vaya a perderse o convertirse en una "cabeza loca". Sin embargo, lo normalizamos y lo tenemos tan intrínseco en nuestra mente que no nos chocan esos comentarios, sino que lo consideramos correcto. Por tanto, es muy difícil tomar consciencia y luchar contra ello.
Si nos remontamos al 14 de noviembre de 1974 , la Cámara de diputados dio a la mujer el derecho de poder votar y ser elegida en puestos públicos y de representación popular. Para ello se reformó el Artículo 4 de la Constitución en el que se establece que varón y mujer son iguales ante la ley.
Existen muchos artículos constitucionales a lo largo del tiempo que aluden a la igualdad de género y supuestamente "garantizan" su cumplimiento. Pero, ¿realmente se cumplen?. Es cierto que las mujeres en la actualidad tenemos derecho a votar, trabajar, expresar nuestras opiniones y que hemos conseguido a lo largo de la historia mejorar enormemente nuestra posición social. La verdadera pena es que hemos tenido que luchar para conseguirlo, cuando tendrían que darse de manera natural teniendo en cuenta que somos seres humanos. Sin embargo, en OXFAM International encontramos datos tan desoladores como:
- Las mujeres tan solo ocupan el 24% de los escaños parlamentarios a nivel mundial. En el ámbito municipal tan solo ocupan el 5% de las alcaldías.
- De media, el salario de las mujeres es un 24% inferior al de los hombres.
- Casi dos terceras partes de los 781 mill de personas adultas analfabetas son mujeres, un porcentaje que se ha mantenido constante durante las dos últimas décadas.
- 153 de países tienen leyes que discriminan económicamente a las mujeres.
- En todo el mundo, 1 de cada 3 mujeres sufre o sufrirá violencias machistas en algún momento de sus vidas.
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